Si ya eres bastante activo físicamente y corres regularmente o vas al gimnasio varias veces a la semana, sigue así.
Sólo date tiempo para recuperarte entre sesiones de ejercicio.
Si aún no llevas un estilo de vida activo, comienza ejercitándote cada tercer día o alterna los ejercicios y actividades que emprendas.
Por supuesto, habrá días en que no tengas ganas de hacer ejercicio o quizá la acromegalia cause dolor articular y dificulte la actividad física, o simplemente no sea posible hacerlo. De ser así, habla con tu médico ya que te podría recomendar medicamentos o referirte con algún experto para recibir asesoría.
Es importante que comuniques a tu médico tu intención de iniciar un plan de actividad física para que te indique los cuidados o precauciones necesarias para evitar algún problema o complicación.
La actividad física puede tener una serie de beneficios:
Encuentra una actividad física que disfrutes y que puedas realizar regularmente. Si el ejercicio es algo nuevo para ti o no quieres ir a un gimnasio, prueba algunas de las siguientes actividades:
Encuentra un grupo de apoyo para pacientes con acromegalia en tu país para así conocer las actividades y los eventos locales a los que puedes asistir.
Conoce sobre la acromegalia, las causas, los síntomas y los signos tempranos de esta enfermedad que tiene una evolución lenta
Conoce la respuesta a preguntas que han sido planteadas frecuentemente por pacientes diagnosticados con acromegalia